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jueves, 1 de marzo de 2012

El efecto Jesucristo 1ª Parte

El efecto Jesucristo comienza con la resurrección 
 A través de los tiempos y de lo dicho por aquellos hombres cuando estaban encarcelados y sus cadenas se rompieron:
 Hch 16:31  Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú, y tu casa. 
Jesús ha dado testimonio de ser quien los Patriarcas, Reyes, Profetas, Apóstoles, ect. Dijeron quien era. El Hijo del Dios viviente.
Ahora bien, para saber en ciencia cierta quien es Jesús primero hay que tener una convención para que a su vez podamos experimentar el sello del Espíritu Santo como lo dijo el Apóstol Pablo:



Efe 1:13  En el cual esperasteis también vosotros en oyendo la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salud: en el cual también desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 
Efe 1:14  Que es las arras de nuestra herencia, para la redención de la posesión adquirida para alabanza de su gloria.


Por eso el mismo Jesús le dice a Nicodemos:
Jua 3:3  Respondió Jesús, y díjole: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios. 


Para poder ver el efecto Jesucristo en nuestras vidas tenemos que cumplir con unas series de normas ya establecidas  pero aquellas personas que las cumplan verán sus vidas cambiar por completo.


La traducción de: efecto, según un diccionario es: Resultado de la acción de una causa, implicado en uno de los principios fundamentales de la filosofía y de la ciencia: no hay efecto sin causa.


Y traduccion de: causa. f. Lo que se considera como fundamento u origen de algo.


Osea que El efecto Jesucristo Produce Cambio, y la causa de ese cambio es Jesucristo.


Jesucristo es nuestro fundamento:
Efe 2:20  Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo; 


A la verdad que luego que se ha completado las normas establecidas por la palabra como dice claramente:
Hch 3:19  Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan tiempos de refrigerio de la presencia del Señor, 

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