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jueves, 1 de marzo de 2012

La salvacion por Gracia y FE en Jesucristo

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros
muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él
nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en
los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
no por obras, para que nadie se gloríe.
Eph 2:4-9 (Efesios)



Dios, sabiendo que es imposible que el ser humano por sí mismo sea capaz de comprar o
merecer la salvación; estableció que la persona recibe la salvación por medio de la Dgracia y la fe en Jesucristo.
La Biblia nos enseña que la persona recibe la salvación únicamente por medio de la gracia y
la fe en Jesucristo, y no por obras humanas ni mucho menos por medio de ninguna
Linstitución religiosa, sea cual sea.
La historia registra que el movimiento de la Reforma se expandió cuando el Señor le abrió el
entendimiento a Martín Lutero para que comprendiera que la salvación se recibe únicamente
por la fe. Al hacer referencia a la historia debemos recordar que por muchos siglos el mundo
estubo bajo el engaño de la supertición de la religión, que a su vez estuvo arraigada por la
ignorancia de las personas en aquel entonces.
Ya desde el Antiguo Testamento Dios muestra que no se puede pretender merecer algo por
medio de las obras, pues en Isa 64:6 leemos que aún las obras “justas” son como trapo de
inmundicia ante Dios; posteriormente en el Nuevo Testamento vemos reafirmada esta verdad en
Tit 3:4-6 y en 2Ti 1:9-10, que indican que Dios nos salvó “no por nuestras propias obras”,
sino por su gracia y misericordia.
También en los principios bíblicos encontramos el ejemplo de Caín, quien pretendió acercarse a
Dios sin necesidad del sacrificio expiatorio, porque lo hizo por medio de “lo mejor” que tenía, y su
sacrificio fue rechazado. Que verdad tan grande esta, que muestra que para recibir la salvación
y acercarnos a Dios debemos hacerlo por medio de Jesucristo.
1. Por cuanto todos pecaron, Rom 3:23; 
Todo ser humano por naturaleza tiende hacia el pecado; esto lo explica la Biblia cuando
indica que los pensamientos del corazón del hombre son de continuo hacia el mal (Gen 6:5), por ello cuando la persona llega a tener consciencia del bien y del mal, y elige lo
malo, comete pecado, y al cometer pecado cae en un estado de muerte y en
consecuencia es destituido, está alejado, está privado de la gloria de Dios.
La falta de moral, principios y valores de la sociedad actual es el claro ejemplo de la
tendencia y elección del corazón del humano por lo malo.
2. La paga del pecado es muerte, Rom 6:23.
La paga que recibe el ser humano por elegir el pecado es la muerte. La muerte, además
de ser una potestad espiritual, es un estado que afecta al espíritu, alma y cuerpo de la
persona, veamos:
A. Espíritu: El espíritu es el primero en morir como consecuencia del pecado. Esa fue la
muerte que afectó a Adán cuando pecó (Gen. 2:17)
B. Alma: (Santiago) Jas 1:14- 15 indica que la concupiscencia, que habita en el alma, de
cada persona lo atrae y ceduce al pecado, y el pecado siendo consumado da a luz
la muerte.
C. Cuerpo: La muerte del cuerpo es generalmente por la que las personas lloran y se
lamentan, sin tener en cuenta que, sin Jesucristo, la muerte ya había alcanzado su
espíritu y alma.
Es en el infierno y posteriormente en el lago de fuego, en donde todos los que no
alcanzaron la salvación sufrirán el castigo eterno en la muerte segunda 
(Rev 21:8)
3. La necesidad de salvación
Como hemos visto hasta acá, al cometer pecado el ser humano, está separado de Dios y
muere, por lo que para no sufrir el castigo eterno se necesita la salvación 
(1 Ti 1:15)
Pero Dios amó de tal manera al mundo, y sabiendo que el ser humano por sí mismo no
puede alcanzar ni comprar la salvación, proveyó un medio para ello y envió a su Hijo
Jesucristo, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, más tenga vida eterna 
(John 3:15-16)
4. Únicamente hay salvación por medio de Jesucristo;  John 14:6
Leemos en el evangelio de Juan 14:6 que Jesucristo declaró “Yo soy el Camino, la Verdad y la
Vida. Nadie va al Padre sino por mí.”
Jesucristo claramente declaró que es “el camino” para llegar al Padre, no es “un camino”,
es “el único camino” que el Padre proveyó para obtener la salvación y acercarnos a Él.
Encontramos en el Nuevo Testamento muchos versos que muestran que la salvación de
Dios se obtiene por mediod e Jesucristo (Hechos) Acts 11:15  Acts 16:31; 
Rom 10:9-13;
 Eph 3:6; 1 Th 5:9; (Tesalonicenses)
1 Th 2:10 1 Th  5:9-10 , 1 Ti 1:15 , 2 Ti 2:10)
5. ¿Cómo recibimos la salvación?
A. Salvación por gracia por medio de la fe; Eph 2:4-8
Dado que el ser humano por sí mismo no puede obtener la salvación porque es
pecador y merecedor de muerte y castigo, Dios proporciona la gracia, para que por
medio de ella todos puedan recibir la salvación. Nadie “merece” la salvación, pero
por gracia la recibimos.
Luego que la gracia de Dios nos permite recibir la salvación, debemos tener fe (Heb 11:1), en Jesucristo, en su sacrificios expiatorio y su resurrección para ser salvos. Esto
está demostrado en una gran cantidad de versos, que también muestran cómo al
momento del recibir la salvación, se puede recibir paz, milagros y sanidades lo que
produce en la persona alabanza a Dios (Mt 9:20-22; Mar 5:25-34 ,
 Mar 10:46-52; 
Luk 18:35-43;
(Tesalonicenses)2 Th 2:13-14 , 2 Ti 3:14-15 , Jas 5:14-15(Santiago) ; 1 Pe 1:3-5 , 1 Pe 6-9)
En He 11:7 vemos cómo Dios estableció a través de los tiempos, que únicamente
por la fe se puede recibir la salvación, pues Noé por la fe construyó el arca para la
salvación de su familia. En este sentido, el arca representa a Jesucristo.
B. No por obras, para que nadie se gloríe, Eph 2:9
Llegamos al punto en donde la Biblia establece que es imposible que por medio de
las obras se pueda recibir la salvación, porque como lo indica Isaías, las obras, para
pretender merecer la salvación, son como trapo de inmundicia ante Dios.
Al pretender recibir la salvación por medio de las obras, se desprecia el sacrificio de
Jesucristo haciéndolo insuficiente y vano; es decirle a Dios Padre “el sacrificio de tu
Hijos Jesucristo no es suficiente para salvarme“ o decirle “no necesito del sacrificio de
tu Hijo Jesucristo para ser salvo, mis obras son suficientes para ello”; por tal razón el
pecado más grande que puede cometer la persona es despreciar el sacrificio de
Jesucristo.
Como ningún ser humano por sí mismo “merece” la salvación, Dios por su misericordia nos
proporcionó su gracia para que en ella la recibamos por la fe en Jesucristo, en su sacrificio expiatorio y su resurrección de entre los muertos.

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